Esta transformación conlleva un proceso que dura todo el cuarto día del MCC, llevando a la realidad por los dirigentes que efectivamente se forman, para ser cristianos auténticos, profundizando en la comprensión de la iglesia fundada por Cristo y del Carisma y Mentalidad del MCC, a través de las Reuniones de Grupo y Ultreyas y que debe ser impulsado y promovido desde la Escuela de Dirigentes, para alcanzar de manera concreta la Finalidad del MCC.
La dimensión y finalidad última de la Escuela, es la actuación evangelizadora en los ambientes por parte de los Dirigentes que se forman en ella, para transformarlos en Cristiano, entendiendo entonces que la Escuela debe formar esencialmente a la persona para la misión evangélica de Cristo; debiendo comprender, que no es específicamente para la formación de coordinadores de cursillos, miembros de secretariados, maestros de escuela, dirigentes para equipos de cursillos, que dicho sea, es el fruto que va generando la escuela, como añadidura del Espíritu Santo, y algo enriquecedor; pues, la Escuela de Dirigentes busca el fin esencial de conocer y amar la iglesia de Cristo a través del magisterio y documentos eclesiales y el entendimiento y comprensión de los ambientes que necesitan ser fermentados y transformados por verdaderos discípulos y apóstoles comprometidos a continuar con la misión encargada por Cristo, bajo el Carisma propio recibido del Espíritu Santo.